>Quiénes somos>Los camagüeyanos>El maestro Félix Rafols Rafols
Xavier Ripoll,
con autorización para Camagüeyanos por el Mundo.
Agosto, 2003.
Félix Rafols Rafols
Nace en Barcelona en 1894. Su vida consagrada a la música comienza pronto, a los cinco años, edad en la que aprende las primeras notas musicales.
Dos años más tarde, ingresa en la Escolanía del Monasterio de Montserrat, donde -interno durante unos años- se forma musicalmente con el maestro Mas i Serracant. Estudia piano, órgano, diversos instrumentos de la orquesta y banda. También aprende las primeras nociones de canto, la enseñanza elemental, estudios de colegio superior y cursos especiales de francés y latín.
La infancia transcurre entre las cimas de la montaña, donde se decide su vocación. A los 12 años compone sus primeros ensayos musicales, de tipo religioso. El público de sus primeras audiciones son los mismos benedictinos y sus compañeros de internado, reunidos en la Sala de Conferencias del Monasterio.
En 1910 vuelve a Barcelona y, por interés expreso del Abad de Montserrat, recibe un curso especial de clases musicales, bajo la dirección del profesor Robert Governa, pianista y organista. Meses más tarde, presenta al adolescente Ràfols como concertista de piano en el Ateneo Barcelonés. Governa se da cuenta de que su alumno promete y que necesita las enseñanzas de alguien con más experiencia. Lo ingresa en la Academia Granados, dirigida por el maestro compositor Enric Granados, donde Ràfols comienza sus estudios superiores. Unos meses después, Ràfols es asignado por el propio Granados
al profesorado de la Academia para dar clases de piano y solfeo y teoría de la música. Dos años más tarde consigue el Gran Premio de Honor de la Academia Granados.
Sin dejar de impartir clases, Ràfols sigue formándose, ahora con el maestro Enric Morera. Con frecuencia se presenta a conciertos de piano públicos en diversos teatros de la ciudad hasta que, finalmente, las audiciones se extienden al resto de España y de Europa. Su nombre comienza
a ser elogiado por la prensa especializada. En esta época gana unas oposiciones públicas para ejercer de director del Orfeón Montserrat del Centro Moral Instructivo de Gracia, a la vez que dirige los Coros de la Sagrada Familia, adscritos a unas instituciones obreras.
En Barcelona funda el Trío llamado Montserratí, con el violinista Josep Monné, el violoncelista Bernardino González y él como pianista. A la vez, es designado Maestro Director de la Orquesta Artística de Barcelona.
La culminación de su carrera artística hasta el momento sobreviene en 1912, año en el cual dirige un concierto en el Palacio de la Música Catalana en donde se estrena una composición del propio Ràfols, intitulada Cançó de la Rosa, para solistas, coro y orquesta.
En 1918, Rafols comienza a recibir proposiciones desde Cuba y Sudamérica para ir allí a dirigir. Algunas de las personas que le animan son amistades suyas en Barcelona, como el industrial Josep Pijuan, miembro de una firma industrial cubana, que le ofrece de manera insistente un sólido contrato a nombre de la institución Germanor Catalana de Camagüey.
Pero Ràfols no se decide. Quizás influye la relación formal con una joven cubana. Relación, sin embargo, que se rompe a causa de diferencias entre dos personalidades incompatibles. Este rompimiento obra negativamente en el ánimo del artista, que cae en una profunda crisis sentimental, y que sólo superará a raíz de las nuevas proposiciones de Pijuan para que vaya a Camagüey.
Su decisión de irse a América consterna a sus colegas y alumnos de la Academia Granados, el Orfeón Montserrat y otras entidades musicales, que le dedican un gran homenaje de despedida en el Palacio de la Música. Y también en otros locales, como los conciertos que da a principios de 1919 en la sala de audiciones del Centro Moral Instructivo de Gracia donde se interpretan, además de canciones
de otros autores, algunas del mestro Ràfols: Voreta el riu, Follies, L'amor de les roses, Cançó trista, Matinal, La mort del rossinyol, Nit d'hivern o Cançó d'abril. Al final del concierto
se le hace entrega al maestro de una corona de bronce con un lazo con la bandera catalana y se canta el himno catalán de Els segadors, a la vez que se dan vivas a Cataluña y al maestro Ràfols.
El 12 de marzo parte en el barco de vapor Barcelona rumbo a La Habana.
Camagüey: capital de la provincia de igual nombre situada en una llanura interior de Cuba. Edificada en el siglo XVI en el emplazamiento de una antigua villa india, es el centro de una región agrícola, ganadera y minera. En abril de 1919 arriba Fèlix Ràfols. Es recibido de forma cordial por la prensa y la sociedad de la ciudad, y en el Teatro Principal es presentado en un recital de piano.
Ràfols se instala en la ciudad y comienza a trabajar para la entidad Germanor Catalana, fundada en Camagüey en 1915 por Joan Garriga y que funcionará hasta 1947. Cuenta con un amplio local social con teatro, café, biblioteca, sala de billares y jardines. Esta sociedad tiene como finalidad mantener el sentimiento de origen de la colonia catalana local, la difusión del conocimiento de Cataluña y la defensa de las libertades catalanas. Está dividida en diversas
secciones: cursos de catalán, actividades de beneficiencia, fiestas, bailes, veladas teatrales y corales. Pero también se dedica a la elaboración de informes comerciales debido a la notable presencia de comerciantes e industriales entre sus directivos y miembros. Su primer presidente, Hermenegild Pijoan, ha contratado a Ràfols por un tiempo, el cual se dedica a organizar el Orfeón Catalán, que se estrenará con un concierto en el Teatro Avellaneda.
En agosto se celebra un concierto benéfico por los niños del asilo de San Juan de Dios de la localidad. El éxito de convocatoria es tal que mucha gente se queda sin poder entrar. Entre las numerosas canciones que se interpretan hay una que resulta muy emotiva para los presentes:
el Himno a Camagüey, con letra de Virgili Teixidó y música del propio Ràfols.
Un año más tarde, el maestro Ràfols se hace cargo de la dirección del Instituto de Música de Camagüey, el conservatorio más antiguo y prestigioso de la ciudad. En pocos meses, Ràfols lo transforma en el Conservatorio de Música Ràfols y lo dota de una orientación moderna, de planes actuales y de sistemas de aprendizaje más acordes con los de Europa.
Enamorado del paisaje cubano y de su gente, Ràfols decide quedarse en Camagüey, a pesar de que ya había finalizado su contrato con Germanor Catalana. Consciente de que esta ciudad será
su nuevo hogar, opta por la ciudadanía cubana. Durante años y a lo largo de toda Cuba, Fèlix Ràfols hace de animador musical. Ofrece recitales de piano que sirven, a la vez, para estimular la afición musical de los isleños. Sigue componiendo obras para orquesta, piano y canciones corales. Funda la Coral del Conservatorio Ràfols con la que da a conocer el canto coral en Cuba. Una práctica musical tan tradicionalmente catalana se extiende por esta parte de mundo antillano.
El conservatorio que Ràfols dirige cuenta con un profesorado suficientmente formado. De sus aulas salen promociones de alumnos, algunos de los cuales incluso llegan a tocar en el extranjero.
En marzo de 1922, Camagüey recibe la visita artística de la gran actriz catalana Margarita Xirgu, quien actúa en el Teatro Avellaneda. A la pregunta de la prensa local sobre qué opinión le merece la actriz, Ràfols comenta: "Siento un verdadero entusiasmo por Margarita Xirgu, por el estudio escrupuloso que hace de la psicología de la figura que representa".
A pesar de todo, Ràfols se da sus vueltas por España. En 1922 ofrece un concierto en Vilafranca del Penedès junto con la soprano Judit Tarragó.
Durante décadas, el músico catalán organiza y dirige en Camagüey todo tipo de actos culturales y artísticos con aportaciones innovadoras: en el propio conservatorio, pero también en el teatro y en la radio. Recitales, conciertos, audiciones, conferencias. Incluso edita una revista cultural, Antenas. A raíz de su éxito en Camagüey, abre diversas sucursales del conservatorio en las ciudades de Nuevitas, Ciego de Ávila y Morón, Gibara y Holguín.
Junto con su mujer, la valenciana Josefina Soria, disfruta de un vida placentera
en la isla. A pesar de su residencia en Cuba, Ràfols sigue viajando por América y Europa con el fin de actualizar y perfeccionar sus conocimientos y técnicas musicales.
En 1935 el Ministerio de Educación de la República de Cuba otorga al Conservatorio Ràfols la validez académica oficial para todos los títulos y diplomas que expide. Un año más tarde, el Ministerio de Estado le autoriza para usar el escudo nacional cubano en todos los impresos oficiales del conservatorio.
Además de haber sido director del Instituto Musical Humbert de Blanck, entidades como el Rotary Club, el Lion's International, los Caballeros de Colón de Cuba y sociedades locales de prestigio tienen a Ràfols como miembro. A lo largo de los años, el maestro Ràfols obtiene diversos premios y diplomas, entre ellos un premio nacional de música del Ministerio de Educación cubano.
De vez en cuando, Cataluña lo recupera temporalmente y disfruta de sus conciertos, como los que ofrece en el Palacio de la Música en octubre de 1954, con la Cantata Montserrat, que vuelve a interpretar en noviembre de 1956 en el Palacio con la Orquesta del Gran Teatro del Liceo y la Masa Coral de Terrassa, concierto en el que estrena otra cantata: Mater admirabilis. Ambas cantatas son originales de Ràfols, basadas en textos del poeta y secretario del Orfeón Catalán, Miquel
Saperas.
Después de una vida llena de éxitos, el maestro Ràfols muere en Camagüey en 1961.
© Copyright - Derechos reservados.
|