En una alegre campiña
donde florece la piña,
aroman las flores
y arrulla el palmar,
mirando el cielo azulado
un guajiro enamorado
sus penas de amores
se puso a cantar.
Ven, amorosa guajira,
que ya nada me inspira:
ni el canto del ave
que surca el amor.
Ven a alegrar mi bohío,
que hasta el lecho del río
se ha vuelto sombrío
porque faltas tú.
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Ven, que mi blanca casita
se ha quedado solita
y el verla tan triste
me causa dolor.
Ven, porque el sol ya se muere
y mi alma no quiere,
preciosa guajira, vivir sin tu amor.
Sin tu amor…
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