>Quiénes somos>El Camagüey>La ciudad de Camagüey
Luis del Rosario,
para Camagüeyanos por el Mundo.
Uzhgorod, Ukrania, enero de 2000.
La ciudad de Camagüey -llamada oficialmente Puerto Príncipe hasta el 9 de
junio de 1903- fue fundada en 1514 en Punta del Güincho, una lengüeta de
tierra en el interior de la Bahía de Nuevitas. La fecha que se reconoce
para la fundación es la del dos de febrero de ese año. Sin embargo, distintas
razones determinaron que los primeros colonizadores hispanos allí
establecidos se trasladaran, en 1516, para Caonao, un cacicazgo aborigen en
las márgenes del río del mismo nombre (en las cercanías de donde está hoy Esmeralda
-nota de L. R.) y, en 1528, hacia el centro del territorio, entre los ríos Tínima y
Hatibonico, donde quedó establecida definitivamente la Villa de Santa María
del Puerto del Príncipe.
En poco tiempo, la ganadería se convirtió en la principal fuente de riqueza de la
región, y con el auge de la producción pecuaria se inició un intenso
comercio de contrabando con navegantes de las Antillas inglesas, francesas y
holandesas. Esta actividad constituyó un medio para burlar el monopolio
comercial impuesto por la metrópoli española.
A partir del siglo XVII, el incremento de la ganadería y de la incipiente
manufactura azucarera creó las condiciones para que Puerto Príncipe
alcanzara niveles de riqueza jamás imaginados.
Precisamente en el siglo XVII, la villa fue escenario de tres
acontecimientos extraordinarios: el incendio de 1616, llevado a cabo por
esclavos sublevados, y los ataques y saqueos perpetrados por filibusteros
ingleses en 1668 (Henry Morgan por el sur de la
provincia, por la Ensenada de Santa María, cerca de lo que hoy es conocido
como Playa Florida, el 28 de marzo -nota de L. R.) y franceses, en 1679 (el
pirata francés Grammont por el norte de la provincia en la bahía de
La Gloria, cerca de lo que hoy es Palma City, el 23 de marzo -nota de L. R.).
Por su importancia económica y número de habitantes, el 12 de noviembre de
1817 el rey de España Fernando VII concedió a Puerto Príncipe el título de
Ciudad y el uso de escudo de armas.
Habían transcurrido casi tres siglos desde el inicio de la colonización y
varias generaciones de descendientes de los conquistadores y sus esclavos
habían creado al criollo, que tenía sus propias divisiones sociales. El
hacendado criollo, que ya había acumulado riquezas, deseaba controlar el poder
político. La metrópoli española reprimió con violencia aquella aspiración
que advirtió peligrosa.
En Puerto Príncipe, donde en 1812 ocho negros vinculados a las actividades
dirigidas por José Antonio Aponte fueron ejecutados (en la plaza del Parque
Cristo, frente a la la iglesia de Santo Cristo del Buen Viaje, junto al
cementerio -nota de L. R.), fue ahorcado en 1826 Frasquito Agüero Velazco (en
lo que es hoy es el Parque Agramonte, junto a la Catedral -nota de L. R.),
propagandista de la independencia y ferviente admirador de Simón Bolívar,
cuya ayuda había solicitado para liberar a Cuba.
Además, José Agustín y Antonio Arango Ramírez, Pedro P. Arias Estrada y
Fructuoso del Castillo Varona, por sólo citar algunos nombres, colaboraron
en la lucha por el logro de las primeras
independencias en distintos países de América del Sur. Joaquín de Agüero y
Agüero, seguido de numerosos jóvenes camagüeyanos, se levantó en armas
contra el poder colonial en 1851 (en San Francisco de Jucara, el 4 de julio
- nota de L. R.) y se enfrentó a las fuerzas españolas. (El primer enfrentamiento
armado entre cubanos y españoles se dió en San Carlos de Melilla, en las cercanías
de Camalote, el 13 de julio de 1851 -nota de L. R.) El movimiento fracasó, y
culminó con el fusilamiento de Agüero y tres de sus compañeros. (Esto
ocurrió en la Plaza Caridad de Méndez al final de la Avenida de los Mártires
en el Reparto La Vigía -nota de L. R.)
En 1868, al iniciar Carlos Manuel de Céspedes la lucha por la independencia de Cuba, los
camagüeyanos secundaron el alzamiento, y el territorio fue escenario de los
movimientos armados durante el resto del siglo. Ignacio Agramonte, Salvador
Cisneros Betancourt, Maximiliano Ramos, Javier de la Vega, Bernabé Boza,
Eduardo Agramonte y muchos otros, combatieron a sangre y fuego el poder
colonial. También sus abnegadas mujeres, lo mismo en la ciudad que en los
campos, prestaron una ayuda eficaz a los combatientes, como Ana Betancourt,
precursora de los derechos de la mujer en Cuba, Concha Agramonte, Gabriela
de Varona, Amalia Simoni y otras.
En las letras, las artes y las ciencias, hubo en Camagüey personalidades
notables: Gertrudis Gómez de Avellaneda, José Ramón Betancourt y Aurelia
Castillo, poetas y escritores; Antonio Herrera y Concepción Mercier,
pintores; Emilio Agramonte, José María Varona y Luis Casas Romero, músicos;
y el cientifico Carlos J. Finlay, descubridor del agente trasmisor de la
fiebre amarilla.
(Tomado del Mapa Histórico de Camagüey, Instituto Cubano de Geodesia y
Cartografia, 1983. Texto: Gustavo Sed Nieves.)
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