>Quiénes somos>El Camagüey>Reseña histórica de la Arquidiócesis de Camagüey
Ana Dolores García,
para Camagüeyanos por el Mundo.
Febrero de 1999.
Camagüey, Arquidiócesis
El día 5 de diciembre de 1998 se dio a conocer oficialmente por el Vaticano que Su Santidad
Juan Pablo II había elevado a la categoría de Arquidiócesis a la Diócesis de Camagüey y que
había nombrado como primer Arzobispo de la misma al actual obispo, Monseñor Adolfo Rodríguez
Herrera. La nueva Arquidiócesis comprenderá además las Diócesis de Ciego de Ávila, Cienfuegos
y Santa Clara. El próximo sábado 6 de marzo se llevará a cabo la institución de nuestra
Arquidiócesis en la Iglesia Catedral Metropolitana de Camagüey, con una misa concelebrada por
el nuevo Arzobispo, Monseñor Rodríguez Herrera, el Señor Nuncio Apostólico en Cuba, Monseñor
Beniamino Stella, Monseñor Cardenal Jaime Ortega y Alamino, y todos los obispos del país. Con
estas líneas intentamos hacer un bosquejo histórico de nuestra ahora Arquidiócesis.
Bosquejo histórico
El Dr. Leví Marrero, en su libro Geografía de Cuba, nos describe así las fundaciones
de los primeros núcleos de población de la isla de Cuba: "A su llegada en 1512, los
colonizadores españoles iniciaron la ocupación de la Isla fundando la villa de Baracoa, y a
continuación las de Bayamo, Santiago de Cuba, Puerto Príncipe, Sancti Spíritus, Trinidad y La
Habana. Estas siete villas de Velázquez, modestísimas aldehuelas trazadas de acuerdo con
las disposiciones y costumbres castellanas, fueron los núcleos iniciales de la colonización..."
La villa y parroquia de Santa María de Puerto Príncipe fue fundada primeramente en un lugar
cercano a la bahía de Nuevitas, en la costa norte de la región central de la isla, llamada por
los aborígenes Camagüei o Camagüebax. Se trataba de un promontorio al oeste de la bahía,
conocido posteriormente como Punta del Guincho. Algunos historiadores señalan que el lugar ya
había sido visitado por Colón (al que llamó Puerto del Príncipe), y muchos coinciden en que la
fecha de la fundación fue el 2 de febrero de 1514, fiesta religiosa de la Presentación del Niño
Jesús en el Templo. Por tal motivo, y por querer poner a la nueva villa bajo la protección de
la Santísima Virgen, sus fundadores -en cabildo abierto- decidieron llamarla Santa María del
Puerto del Príncipe, así como nombrar Nuestra Señora de la Candelaria a la parroquia que quedó
constituida al mismo tiempo.
Sin embargo, dos años después, en 1516, la villa tuvo que ser trasladada hacia el interior de
la región, un poco más al oeste, junto a las márgenes del río Caonao, donde eran más favorables
las condiciones de vida y el terreno resultaba mejor para la labranza. Aún allí no lograron
establecerse definitivamente sus pobladores al producirse una rebelión de los indios del lugar,
resentidos por la matanza realizada en 1513 por las tropas del general Narváez. Así, la villa
fue trasladada de nuevo, en 1528, un poco más hacia el interior de la isla, esta vez a la región
central de Camagüei, entre los ríos Tínima y Hatibonico, donde quedó asentada de modo definitivo.
En un principio y al no haberse establecido el Obispado de Cuba, la parroquia estuvo bajo la
jurisdicción eclesiástica de Santo Domingo, hasta que en el año 1518 fuera creado el Obispado
de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, el que cuatro años más tarde fue trasladado a
Santiago. La parroquia de Santa María de Puerto Príncipe pasó a ser parte del nuevo obispado.
El primer templo parroquial había sido establecido en la villa fundada en la costa norte. Luego
se construyó otro (1530) para corresponder al nuevo emplazamiento de la villa, y continuó siendo
dedicado a Nuestra Señora de la Candelaria. Fue levantado en lo que después fue la Plaza de
Paula y hoy es la Plaza de Antonio Maceo. Así como la villa varió algo en sus emplazamientos,
el templo también tuvo sus mutaciones, ocasionadas igualmente por diversos avatares como un
incendio ocurrido en 1616 que destruyó por completo el edificio entonces existente. Siempre
mantuvo su contigüidad a la Plaza Mayor (actualmente Parque Agramonte), tal como sucedía en
cualquier villa típica de aquel tiempo.
La Iglesia Parroquial Mayor, o simplemente "la Mayor" (como ya empezaba a llamársele), comenzó
a edificarse en el sitio que actualmente ocupa, a principios del siglo XVIII. Tenía una sola
nave y su torre fue terminada en enero de 1777, aunque se derrumbó al mes siguiente, en la
noche del 24 de febrero, afectando en su caída buena parte de la iglesia. La torre fue
restaurada en 1794 y la reconstrucción del templo no se completó hasta 1864.
Recientemente el templo se ha visto de nuevo en peligro de derrumbe. Después de haber
permanecido cerrado durante quince años en estado ruinoso a causa del deterioro provocado por
el paso del tiempo y la falta de materiales para su reparación, se completó su restauración el
pasado año de 1998 y se abrió nuevamente a los fieles el 16 de julio de ese año para celebrar
el 35º aniversario de la Consagración Episcopal de Monseñor Adolfo Rodríguez Herrera y sus
Bodas de Oro Sacerdotales. Fue un derroche de esfuerzo y entrega desinteresada de muchos
feligreses que dedicaron horas y horas de ingente trabajo para poder reabrir la iglesia
principal de la Diócesis.
Como ya dijimos, la primera Diócesis de Cuba fue la de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa,
que años más tarde sería trasladada a Santiago y que se conocía como Obispado de Cuba. En 1793
se estableció la Diócesis de San Cristóbal de La Habana, quedando dividida en dos partes la
administración eclesiástica de la isla. Las parroquias de Ciego de Ávila, Morón y Arroyo Blanco,
pasaron a formar parte de la Diócesis de La Habana hasta el año de 1903 en que volvieron a
quedar bajo la administración de la Diócesis de Santiago.
No fue hasta 1912 que fuera creada la Diócesis de Camagüey, mediante la bula Qua Catholicae
Regionis promulgada por Su Santidad San Pío X el 10 de diciembre de ese año.
Los Obispos
Desde su creación en esa fecha hasta los días actuales, nuestra Diócesis ha sido dirigida
sucesivamente por cuatro obispos: Monseñor Valentín Manuel Zubizarreta y Unamunsaga, Monseñor
Enrique Pérez Serantes, Monseñor Carlos Rius Anglés y el obispo actual, Monseñor Adolfo
Rodríguez Herrera.
Monseñor Zubizarreta
Fray Valentín Zubizarreta, nacido en Echevarría, Vizcaya, España y sacerdote de la orden de los
Carmelitas Descalzos, fue designado para dirigir la nueva Diócesis y elegido como primer obispo
de Camagüey el 25 de mayo de 1914. Fue consagrado como tal el día 8 de noviembre de 1914 en la
iglesia de Nuestra Señora de La Merced de la capital agramontina, atendida por los sacerdotes
de su orden.
Monseñor Zubizarreta tomó especial empeño en organizar la administración de la Diócesis y en la
fundación de nuevas parroquias. Durante su episcopado se establecieron en Camagüey y Ciego de
Ávila las religiosas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús (1915), y los padres Escolapios
-con la ayuda de la generosa dama Dolores Betancourt- completaron la construcción de su amplio
colegio y del hermoso templo gótico del Sagrado Corazón de Jesús, en los terrenos de los
antiguos convento e iglesia de San Francisco. Estableció las capillas del central Cunagua, del
central Senado y del poblado de Pina, Morón. Construyó la iglesia de Jaronú y en 1917 cedió a
los Padres Carmelitas la parroquia de Ciego de Ávila y a los Salesianos la parroquia de La
Caridad en Camagüey.
También durante el tiempo de su episcopado las Madres Escolapias establecieron en Morón un
colegio para niñas, y las Hijas de María Auxiliadora llegaron a Camagüey con el propósito de
impartir la enseñanza a niñas pobres, de acuerdo a la voluntad de la ya citada bienhechora
Dolores Betancourt, aunque por recursos legales interpuestos por algunos de sus herederos este
proyecto no pudo verse hecho realidad hasta el año 1933. Monseñor Zubizarreta fue trasladado a
la diócesis de Cienfuegos en 1922 y posteriormente llegó a ser Arzobispo de Santiago de Cuba.
Monseñor Pérez Serantes
En sustitución de Monseñor Zubizarreta, el 24 de febrero de 1922 fue nombrado obispo de Camagüey
Monseñor Enrique Pérez Serantes, sacerdote español natural de Tuy, Galicia, quien fuera
consagrado como obispo el día 13 de agosto de 1922 en la Iglesia Catedral de Cienfuegos. Además
de las innumerables iglesias y capillas que construyó por toda la geografía diocesana, Monseñor
Pérez Serantes adquirió un edificio para palacio episcopal (calle Luaces) y mantuvo en él por
varios años el Seminario Menor de Santa María, ya que fue un entusiasta propulsor de las
vocaciones sacerdotales.
De él ha escrito Monseñor Teodoro de La Torre: "Se distinguió por su celo infatigable, lo cual
le movió a misionar perennemente la Diócesis hasta los puntos más remotos. Fomentó la
instrucción religiosa por todos los medios a su alcance. Fue sumamente caritativo y su actuación
en favor de los necesitados, con motivo del ciclón que azotó la Diócesis el 9 de diciembre de
1932, le mereció el título de Hijo Adoptivo de la Provincia de Camagüey."
Durante su gestión al frente de la Diócesis se establecieron en Camagüey los siguientes colegios
religiosos: Hermanas Oblatas de la Divina Providencia (1925), Colegio María Auxiliadora de La
Vigía (1935) y el Carmen (también de las Hermanas Salesianas), que funcionó en el antiguo local
de la Academia de las Ursulinas, y los Hermanos Maristas que establecieron su colegio en 1935.
En 1938 los Salesianos, gracias al generoso legado de Dolores Betancourt, construyeron el
majestuoso edificio del colegio de Artes y Oficios en la barriada de La Caridad, donde
comenzaron a impartir enseñanza a niños pobres. Fue también durante sus años como obispo que las
Madres Reparadoras establecieron una casa de ejercicios espirituales para mujeres, la cual
funcionaba junto a su capilla y convento en la calle Luaces de Camagüey.
En Florida se abrió la Academia Lestonnac en 1926 y en el propio año los Hermanos Maristas
establecieron un colegio en Ciego de Ávila. Por su parte, las Hermanas Salesianas iniciaron su
labor educacional y de instrucción religiosa en el Colegio que inauguraran en Guáimaro en 1936.
Monseñor Pérez Serantes impulsó la construcción de las casas parroquiales de Florida, Santa Cruz
del Sur, Jatibonico y Esmeralda y propició mejoras a las de Morón y Nuevitas. Al mismo tiempo
abrió locales para clases de catequesis en los barrios marginales de la ciudad de Camagüey,
como los de Padre Porro, Saratoga y Riverside. En el Reparto Batista se estableció una obra
social con dispensarios médico y dental donde también se impartían clases de enseñanza elemental
y de costura. En Nuevitas se abrió un local para las obras sociales de aquella parroquia. Fue él
quien fundó en su Diócesis las cuatro ramas de la Acción Católica y publicó al respecto una
pastoral que llegó a ser un verdadero manual de esa organización seglar. También, y con la
generosa ayuda de la altruista dama Rita María Rodríguez, adquirió un edificio para ejercicios
espirituales para hombres y oficinas de los consejos diocesanos de la ramas masculinas de la
Acción Católica, aunque debido a su traslado no llegó a inaugurar esta casa, situada frente al
Parque Martí de Camagüey.
Se levantaron las iglesias de Minas (1933), Santa Cruz del Sur (1934) y Jatibonico. En la ciudad
de Camagüey se concluyó la iglesia de San José en la barriada de La Vigía y otra más pequeña en
el lugar de la antigua ermita de San José. Ambos templos fueron construidos gracias al legado de
Dolores Betancourt.
El obispo Pérez Serantes propició en 1935 la celebración en Camagüey de una Jornada Eucarística
y de un Congreso Eucarístico Diocesano en 1941, que tuvo su culminación con una multitudinaria
misa al aire libre en el Casino Campestre de Camagüey.
Monseñor Pérez Serantes ejerció su ministerio pastoral en nuestra Diócesis hasta 1948, año en
que fue nombrado Arzobispo de Santiago de Cuba.
Monseñor Rius Anglés
Nuestro tercer obispo fue Monseñor Carlos Rius Anglés, consagrado como tal por el cardenal
Manuel Arteaga Betancourt el día 6 de marzo de 1949. Según nos reseña Monseñor Teodoro de la
Torre, "durante el tiempo que estuvo al frente de este obispado se distinguió por su empeño en
la decencia y esplendor del culto. Embelleció la catedral con hermosas lámparas y otras joyas
ornamentales y hermoseó con exquisito gusto el palacio episcopal".
También continuó la obra emprendida por sus predecesores con la fundación de iglesias rurales y
obras sociales. En Camagüey, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados abrieron el Asilo
Amparo de la Vejez; las Terciarias Carmelitas Descalzas el Hospital de San Juan de Dios, que
reabrió sus puertas en 1952 gracias a la tesonera labor de la incansable dama Julieta Arango,
y las madres Teresianas inauguraron la Obra Social de Saratoga, con enseñanza gratuita y
dispensario para los vecinos de ese barrio obrero. Con la ayuda generosa de la Sra. Rita María
Rodríguez se amplió la Obra Social del Reparto Batista y se levantó allí una hermosa capilla a
Cristo Rey.
Se erigieron las iglesias de Imías, Lugareño, Sibanicú, Gaspar, Florencia y Santa Marta, Elia,
Guayabal, Ceballos, Jicotea, y las capillas de Tarafa y Santa Teresita en Nuevitas, la iglesia
parroquial de Ciego de Ávila (1951) y la contigua residencia de los Padres Franciscanos.
En 1951 el obispo Rius encomendó a los padres Jesuitas que llevaran a cabo una semana de misión
en la que participaron todas las parroquias. Esta misión produjo muchas conversiones y reavivó
la fe en muchos feligreses.
Monseñor Carlos Rius Anglés había nacido en Cataluña, España, y le tocó vivir en Cuba los
difíciles días iniciales de persecución y hostigamiento que el régimen castrista prodigó a
la Iglesia desde sus comienzos. En 1962 renunció a su cargo como obispo. Falleció en Tampa en
1971.
Monseñor Rodríguez Herrera
Entonces la Santa Sede designó como Vicario General y Gobernador Eclesiástico de la Diócesis
al joven sacerdote camagüeyano Adolfo Rodríguez Herrera. El siguiente año, el 27 de mayo de
1963, Su Santidad Juan XXIII lo nombró Obispo Titular de Tiberiópolis y Auxiliar de Camagüey.
Monseñor Adolfo Rodríguez Herrera fue consagrado en la Santa Iglesia Catedral de Camagüey el
día 16 de julio de 1963. S.S. Pablo VI lo nombró Obispo Titular de Camagüey el 10 de
septiembre de 1964: el cuarto obispo en la historia de nuestra Diócesis y nuestro primer obispo
camagüeyano nativo.
Nacido en Minas, provincia de Camagüey, el 9 de abril de 1924, Monseñor Adolfo, como cariñosa
y respetuosamente le llaman sus feligreses, estudió en los seminarios Santa María de Camagüey,
San Basilio Magno de Santiago de Cuba y El Buen Pastor de La Habana, de donde pasó a la
Universidad Pontificia de Comillas, en España. Allí recibió la orden de presbítero el 18 de
julio de 1948. Regresó a Camagüey ese mismo año y comenzó a ejercer su sacerdocio como
coadjutor de la Santa Iglesia Catedral. Más tarde, en 1950, fue nombrado párroco de Vertientes.
Durante sus casi treinta y seis años al frente de la Diócesis, Monseñor Rodríguez Herrera ha
desarrollado una excepcional acción pastoral frente a situaciones adversas y difíciles, con un
clero insuficiente para cubrir las necesidades espirituales de sus fieles. Su incondicional
confianza en el Señor (su lema es la cita bíblica, "Es bueno confiar en el Señor") le ha ayudado
a cumplir con creces el mandato divino de "apacienta mi ovejas" que aceptó al recibir el báculo
episcopal.
Reorganización de la Diócesis
En 1992, S.S. Juan Pablo II nombró como primer Obispo Auxiliar de Camagüey a Monseñor Mario
Mestril Vega, natural de Nuevitas, que fuera el primer sacerdote ordenado por Monseñor Adolfo
y que ahora iba a ser también el primer obispo que consagraría. Desde su ordenación sacerdotal
en 1964, Monseñor Mestril había ejercido siempre su ministerio en la Diócesis al lado de
Monseñor Adolfo, incluyendo su labor como párroco en su ciudad natal y en Ciego de Ávila.
La Diócesis de Camagüey cuando fue fundada comprendía el territorio civil de la provincia, con
una extensión de 26,346 kilómetros cuadrados. En estos últimos años y aunque pudiera decirse
que el número de fieles había disminuido en vez de ir en aumento a causa de las adversas
condiciones imperantes, la falta de sacerdotes suficientes para la evangelización y el éxodo
de muchas familias católicas practicantes, el amplio campo abarcado por la Diócesis merecía un
replanteo para lograr una organización más efectiva y funcionar de acuerdo a la nueva
estructuración territorial de las provincias.
Por todo ello, el 2 de febrero de 1996 S.S. Juan Pablo II elevó a la condición de Diócesis
la provincia de Ciego de Ávila, incluidos los municipios de Jatibonico y Majagua, y nombró
a Monseñor Mario Mestril Vega, Obispo Auxiliar de Camagüey al frente de la parroquia de Ciego
de Ávila, como primer obispo de la nueva Diócesis.
El 15 de marzo de 1997 S.S. Juan Pablo II eligió como nuevo Obispo Auxiliar para la Diócesis
de Camagüey al P. Juan García Rodríguez. Monseñor Adolfo Rodríguez lo consagró el 7 de junio
del propio año en la iglesia de La Merced, ya que la Iglesia Catedral se encontraba cerrada
debido a su ruinoso estado. Monseñor Juan García Rodríguez es un sacerdote camagüeyano con un
marcado celo misionero. Pasados ya más de veintisiete años de su ordenación sacerdotal, ha
ejercido su ministerio en las zonas de Morón, Jatibonico, Ciego de Ávila y Florida. Ahora,
además de sus labores como Obispo Auxiliar, está también al frente de la parroquia de Santa Ana
en la ciudad de Camagüey.
Según datos actualizados en enero de 1999 y aparecidos en la página que la Iglesia Católica en
Cuba mantiene en la Internet (http://iglesiacubana.org/),
la Diócesis de Camagüey -además de su obispo y el obispo auxiliar- cuenta con catorce sacerdotes
seculares y nueve de órdenes religiosas, cinco diáconos permanentes, treinta y cinco religiosas,
cinco Institutos Seculares y tres religiosos no sacerdotes.
Varias de las antiguas órdenes religiosas están representadas nuevamente en la Diócesis, como
las Hermanas Teresianas y Salesianas que, aunque no puedan dedicarse a la enseñanza, realizan
una gran labor evangelizadora, y las Siervas de María que siguen repitiendo su abnegación y
testimonio cristiano cuidando enfermos. También colaboran en obras sociales y de catequesis las
Siervas del Corazón de María y las Hermanas del Cardenal Sancha.
Los Hermanos de San Juan de Dios están enfrascados en la apertura de un asilo para ancianos -el
Asilo Padre Olallo-, que se levanta en la calle de su nombre muy cerca del Hospital San Juan de
Dios en Camagüey. También se cuenta ya con un Pre-Seminario. Con grandes sacrificios se trabaja
en las reparaciones de templos y capillas, como la iglesia del Carmen de esa ciudad que está sin
techo desde 1966, y actualmente se trabaja en la restauración de la iglesia de Santa Ana. El
mismo esfuerzo se lleva a cabo en las demás ciudades y poblados de la Diócesis.
Es una larga lista de logros la que Monseñor Adolfo puede presentar ya al Señor. Y con el mismo
empeño, el mismo entusiasmo y la misma confianza en Él, seguirá ejerciendo su misión de pastor
desde su nueva responsabilidad como Arzobispo.
Fuentes:
Pablo Alfonso, Cuba, Castro y los Católicos, Ediciones Hispamerican Books, 1985.
Boletín Diocesano, Nos. 21, 22 (1997), 26 y 27 (1998), Diócesis de Camagüey.
Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.
CRECED, Documento Final, 1993.
Encuentro Nacional Eclesial Cubano, Documento Final, 1988.
La Iglesia Católica en Cuba, http://iglesiacubana.org/
Leví Marrero, Geografía de Cuba, Minerva Books Ltd., 3ª Edición.
Miguel A. Rivas Agüero, El Episcopado Camagüeyano, revista El Camagüeyano, Miami.
Monseñor Teodoro de la Torre, Origen del Cristianismo en Camagüey, revista El Camagüeyano, Miami, Octubre de 1990.
Varios autores: Provincia Camagüey, Editorial Oriente, 1978.
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