La prensa libre
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José Alberto Hernández, M.D.
Presidente de CubaNet.
Charla en celebración del aniversario de la
Declaración Universal de Derechos Humanos.
Diciembre 10, 1997.
Primero quisiera expresar el agradecimiento y el orgullo que siento por poder participar en
esta reunión que celebra el Día de los Derechos Humanos, valores universales
que contienen la clave para alcanzar una Sociedad Civil. Me regocija el hecho de que la
Declaración de los Derechos Humanos adoptada por la Asamblea General de la Naciones
Unidas reconozca en el Artículo 19 lo que podríamos considerar el derecho a
una prensa libre. Nosotros en CubaNet dedicamos nuestro esfuerzo, siguiendo el ejemplo de
los periodistas independientes que están en Cuba, a tratar de establecer una prensa
libre en Cuba.
Estos halagos y esfuerzos pican la curiosidad y sacan a relucir una pregunta: ¿Cuál es
la importancia de una prensa libre? Es mi interés el enfocar la prioridad, si la meta
es una sociedad civil, que se merece la prensa libre. Esta importancia podría analizarse
teniendo en cuenta dos elementos: uno es su base moral, y el otro su base utilitaria.
Sin lugar a dudas, y sin necesidad de recurrir a planteamientos rebuscados, la base moral
cívica de una prensa libre se explica por sí misma. Es esta transparencia la
que nos lleva a abrazar sin mucho titubeo la frase atribuida a Francois Marie Arouet, mejor
conocido por su seudónimo de Voltaire, que dice "Yo desapruebo lo que dices, pero
defendería hasta la muerte tu derecho a decirlo." Es esta misma perspectiva moral
la que nos hace sentirnos ofendidos cuando alguien presenta cualquier argumento que trate de
explicar y justificar la censura. Tal es esta afinidad moral que admiramos planteamientos como
el de Thomas Jefferson cuando dice: "Siendo la opinión de las personas la base de
nuestro gobierno, el primer objetivo debe ser proteger ese derecho; y si fuese mi decisión
escoger si deberíamos de tener un gobierno sin periódicos, o periódicos sin
gobierno, yo no titubearía ni por un momento y escogería lo ultimo."
Como hemos visto, si la meta es una sociedad civil, la importancia de la base moral de la prensa
libre es irrebatible; ahora, como se prometió, pudiéramos investigar el valor de la
base utilitaria de este tipo de prensa para adquirir esta meta. Para empezar esta
investigación podríamos preguntarnos: ¿existe otra dimensión intelectual
que fertiliza la base filosófica de una prensa libre? La respuesta es afirmativa. El
primer indicio que tenemos de esta otra corriente intelectual es la preocupación por la
libre expresión que pensadores como Voltaire y Jefferson, los intelectuales previamente
mencionados, demostraron. Estos son intelectuales que en gran parte deben su fama a su
interés por el bienestar pragmático del individuo, y no son reconocidos por sus
trabajos en el campo de la metafísica u otros campos filosóficos más
abstractos. Podríamos llamarle "utilitaria" a este tipo de curiosidad intelectual.
O sea, es notable que sean pensadores preocupados por el bienestar práctico del humano,
repito, utilitario, quienes se interesen sobre la prensa libre. Y ahora la pregunta que surge
de este planteamiento es: ¿que beneficio practico nos trae una prensa libre en la búsqueda
de una sociedad civil?
Acepto que esta pregunta luce ridícula, pero en realidad no lo es. Permítanme
presentarles el siguiente escenario. Supongamos que exista una certeza total sobre los males
que afectan a la sociedad y las soluciones necesarias. Vamos a decir, por usar el lenguaje de
hoy, que existe un conocimiento científico de esta aflicciones sociales y sus soluciones.
En este caso nos deberíamos preguntar, si ya conocemos estos detalles, o sea somos
poseedores de la verdad: ¿qué beneficio puede traer la confusión que la prensa
libre nos presenta? Vista de este punto de vista la pregunta original "¿qué beneficio
práctico nos trae una prensa libre?" no es tan ridícula. Y lo que
verdaderamente estamos preguntando es: Si estamos en posesión de la verdad, ¿para
qué hace falta la prensa libre? Declaración que nos enfrenta a la siguiente
interrogante: ¿Es nuestro conocimiento de los malestares sociales y sus remedios completo?
¿Científico? En otras palabras, ¿podemos asegurar que nuestro conocimiento es tan
completo que nos permite planificar el bienestar del ciudadano?
Este es un tema que nos puede llevar a campos tan complejos como son la filosofía de
la ciencia y las teorías de las diferentes formas de gobierno. Analizados superficialmente,
estos terrenos académicos no parecen estar relacionados, pero no es así. Quisiera
primero señalar brevemente un aspecto de la filosofía de la ciencia para poder
desprender de él la base utilitaria de la prensa libre, y luego hacer una brevísima
referencia a la importancia que el respeto a la prensa libre, dado su valor utilitario, conlleva
para las diferentes formas de gobierno si estos consideran la sociedad civil fundamental.
Para tratar el tema de la filosofía de la ciencia me remito a los escritos de Karl Popper.
Este filósofo de la ciencia empieza con la afirmación de que dentro del marco de
la ciencia no existe una verdad absoluta. Además, propone una idea muy novedosa para
analizar la validez de los descubrimientos científicos. Popper ve que estos
descubrimientos ocurren no sólo dentro de la incertidumbre de la mencionada falta de
la verdad absoluta, sino que además se desarrollan limitados por las teorías
dentro de las cuales se conciben. Dadas estas limitaciones, este filósofo austríaco
considera que los descubrimientos científicos no pueden ser verificados, pues para
verificar o confirmar algo se necesita el conocimiento de una verdad con la cual se pueda
comparar y medir estos descubrimientos. Esto no significa que no rindan progreso las
investigaciones científicas, sólo que su progreso no lo podemos medir al tratar
de verificar estos conocimientos. Y si no se progresa al tratar de verificarlos, entonces,
¿cómo se progresa? Y es aquí donde vemos el genio de Popper. Él plantea que
el progreso ocurre al tratar de probar que son falsos, podríamos decir, al refutarlos.
Es decir, cuando el científico reta, en otras palabras, trata de refutar estos
descubrimientos, nos permite medir hasta qué punto es válido ese conocimiento
o descubrimiento científico. En resumen, las ideas de Popper nos llevan a la aparente
paradoja de que no podemos medir el valor de los conocimientos basándonos en su
verificación, sino al tratar de refutarlos.
¿Y qué tiene que ver este proceso de refutar los conocimientos con una prensa libre?
Para responder a esta pregunta presentaré el contraste entre una sociedad ideal, que no
necesitaría una prensa libre, y la realidad. Supongamos que existiera una sociedad donde
tuviéramos acceso a una verdad que nos permitiera medir y comparar -o sea, verificar,
confirmar- los pasos que tomamos para resolver los problemas de la sociedad. En este tipo de
sociedad, donde confiamos que existe el acceso a una verdad absoluta, no hace falta una prensa
libre. Y esto es porque para medir y comparar con esa supuesta verdad ideal, una burocracia es
suficiente; la prensa libre, la cual presentaría opiniones distintas a la “verdad
absoluta”, sólo traería confusión. Ahora bien, si aceptamos que tal
verdad absoluta no está a nuestro alcance, y le añadimos a esta incertidumbre el
hecho de que las soluciones que se plantean en gran parte están definidas por las
perspectivas personales, vemos de inmediato la relación con la necesidad de tratar de
"probar que son falsas", refutar, y no verificar, que Popper planteo. Este proceso, el
de refutar conocimientos, sí necesita diferentes opiniones, y es la base utilitaria de
lo que conocemos como una prensa libre.
En resumen, en el día de hoy que conmemoramos los Derechos Humanos; brevemente presente
la base moral y utilitaria de uno de estos, específicamente, la prensa libre. Es el deseo
de CubaNet que pronto en Cuba los periodistas independientes puedan ampliar su tarea de
retar y refutar propuestas sociales. Que pronto en Cuba los que buscan una sociedad civil, que
requiere una prensa que continuamente los rete, no tengan que decir como Cabrera Infante al
referirse a la prensa que impera hoy en Cuba "Granma, que dientes más grandes
tienes"; sino que puedan contar con los periodistas independientes que, como el
leñador del cuento de la Caperucita Roja, despedacen los dientes del lobo que mantiene
el monopolio que nos impide el progreso hacia una Sociedad Civil.
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